martes, 7 de julio de 2009

Número de población y vida cotidiana

El número de población del mundo maya es muy difícil de precisar, dada la dispersión geográfica en que se encontraban los distintos centros urbanos. Los datos fidedignos son muy escasos y por tal razón, cualquier estimación no pasa a ser más que una conjetura. Los especialistas han señalado cifras que fluctúan entre los 2 y los 13 millones de habitantes para el período anterior a la irrupción española. Ahora bien, si tomamos en cuenta el número de asentamientos mayas podemos aventurar que la población alcanzaba alrededor de 6 millones de personas en toda la región. En la actualidad, el pueblo maya continúa viviendo disperso en México (Yucatán, Chiapas), Guatemala y Honduras, y se compone de una población que sobrepasa los 2 millones de individuos.

Al igual que en otros pueblos mesoamericanos, el día de nacimiento condicionaba la vida de una persona y determinaba los dioses que le eran favorables. Cuando aún se era pequeño, por razones estéticas, se ataban durante algunos días dos tablas planas a la cabeza de los niños, una detrás y la otra en la frente. Una vez retiradas las tablas, la cabeza quedaba aplanada para siempre. En el seno de la familia se desarrollaba la educación de los hijos, hasta que pudieran desempeñarse en la agricultura que fue la principal ocupación de los mayas.
Un día en la vida de una familia maya se iniciaba alrededor de las cuatro de la mañana. Todos se dirigían temprano al campo y la primera tarea consistía en cortar los árboles con un bat, o sea un hacha de piedra. Los troncos eran arrastrados mediante lianas y se utilizaban para construir una cerca y evitar con ello que los venados y tapires se comieran las plantas jóvenes. Otros jóvenes con una vara gruesa endurecida al fuego, volteaban el suelo y se araba. Todos trabajaban en esto, tanto las mujeres como los hombres. Entonces se reunía toda la gente para ayudar a sembrar el maíz de todos. Nadie salía del bosque hasta que todos los campos de maíz estuvieran sembrados. Cuando el maíz crecía hasta la altura de la rodilla, se sembraba frijol cerca de cada caña de maíz, para enriquecer el suelo. Mientras la familia trabajaba, los niños amarrados en sus cunas eran colocados a la sombra de los árboles cercanos.
La jornada laboral concluía como a las siete de la tarde. Los adultos regresaban con cargas de hasta cuarenta kilos y los jóvenes doce. Generalmente, luego de un largo día de trabajo, la familia se reunía en la casa. Primero comían los hombres a solas y después las mujeres, predominando una alimentación basada en tortillas de maíz y frijoles negros. Como a las ocho o nueve de la noche la familia se acostaba a dormir, todos en una misma habitación.

Como a los veinte años en los hombres y a los diecisiete en las mujeres, los jóvenes se podían casar y formar su propio hogar. La casa era construida de palos y barro con una techumbre de hojas de palmas; estaba colocada sobre una plataforma rectangular que permitía un buen drenaje y ventilación. El tamaño era de aproximadamente 20 metros cuadrados, donde vivían hasta seis personas. Las sencillas casas eran ubicadas alrededor de la plaza ceremonial de los centros urbanos, algunos de los cuales albergaban a más de 50 mil habitantes.
Responde las preguntas en tu cuaderno de la asignatura:

1.En la época precolombina ¿cuántos sería aproximadamente la población maya? ¿ y la población actual ¿cuántos son? y ¿cómo está esparcida territorialmente?
2.Detalla la vida de un maya.
3.¿A qué hora terminaban de trabajar?¿qué hacían después?
4.¿A qué edad se podían casar?
5.¿Cómo eran sus viviendas?
6.¿Cuántas personas podían albergar un centro urbano?